miércoles, 24 de septiembre de 2014

Te be(lieve) or not to be


Dicen que el amor nos lleva a hacer locuras. Acabo de leer que una joven pagó 3 mil dólares por casarse en Las Vegas con su amor imposible: Robert Pattinson ¡en versión figura de cartón de tamaño real! Estuve en shock mientras leía esta nota y varios minutos después, pero también la relacioné con uno de los mejores mensajes que me dejó el curso ThinkBrand de Google al que asistí hoy: una vez satisfechas las necesidades básicas, todos buscamos algo en qué creer para darle sentido a nuestros días, para seguir suficientemente motivados y vivir; para darnos identidad. Eso en lo que depositamos nuestra fe y realización puede ser una religión, una marca, un equipo de fútbol... o una estrella de Hollywood de cartón. El punto es encontrar con qué nos identificamos y, aún mejor, crear o hacer algo que pueda interpelar a los demás. Si pensamos así, la fan de Pattinson en realidad no está tan fuera de lugar como parece, pues ya sabe en quién creer y seguro generó la identificación de miles de seguidoras del enmiopiniónaburrido vampiro con su ocurrencia. A menos de que el amor sí la haya vuelto verdaderamente loca... en ese caso, la noche de bodas debe haber estado bastante aburrida.

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