domingo, 13 de noviembre de 2011

¡Levante la mano el que quiera ganar!

Era más o menos obvio que las elecciones para gobernador en Michoacán no serían el mejor ejemplo de democracia, pero que antes de que se dé a conocer el PREP los candidatos del PRI, PAN y PRD declaren su victoria con base en encuestas ya me parece una burla total. Tengo la impresión de que todavía hace algunos años ese ejercicio era sólo una guía de tendencias, no un conteo tan definitivo como para procalamarse vencedores y hasta invitar a sus festejos. Por otra parte, se me ocurre que si la moda de usar encuestas para eludir los costos de tomar una decisión (ejemplo: candidato de la izquierda rumbo a 2012) o elegirlas a modo para tener 'pruebas' que justifiquen los conflictos postelectorales sigue, los que podríamos 'sacar ventaja' somos los ciudadanos, porque debe salir mucho más barato contratar encuestadoras que mantener Institutos Electorales...

viernes, 11 de noviembre de 2011

Señales

¿Qué tan raro es asociar lo que pasa en un capítulo de Grey's Anatomy con la muerte de Blake Mora? Mucho, yo creo. Pero de verdad el capítulo que vi hoy tenía cierta pertinencia frente al shock informativo que supone enterarse de la segunda muerte de un Secretario de Gobernación en un percance aéreo del sexenio. En resumen, se trataba sobre la ligereza con la que afirmamos haber tenido un día terrible por 'problemas' que son irrelevantes como que el tráfico nos hizo llegar tarde y después, cuando nos enfrentamos a una tragedia real, esos pequeños males cotidianos se convierten en añoranza. Todo esto para decir que, más allá de las causas del lamentable fallecimiento de Blake y sus siete acompañantes, del impacto político que podrá tener el incidente o de la nueva herida que deja en nuestra conciencia colectiva, me permito hacer aquí la muy cursi y obvia reflexión de que nada es seguro y cada día es agradecible. Sería deseable que la rutina no nos hiciera olvidar lección tan sencilla.

Apunte extra: En su nota sobre la muerte de Blake Mora, el New York Times describe a México como un país en el que las teorías conspiratorias tienen mayor valor popular que las noticias. Y no es que sea la gran revelación; para mí, más que el accidente o atentado, es precisamente la inevitable tentación de suponer que pudo ser lo segundo la señal de la descomposición social e institucional que nos aqueja.