Falta de respeto / Alta

Cuando como sola, me gusta ir al Starbucks a leer un rato. Hoy lo hice y mientras estaba ahí pensé en la inevitable y obvia sensación de franquicia que provoca ese café, aquí o en NY, se siente prácticamente igual. Ya sé, es una reflexión cero novedosa. Total, que el lugar estaba lleno y en la mesita que yo ocupaba quedaba libre un sillón... hasta que una señora se acercó y preguntó si podía ocuparlo. En cuanto se sentó, comenzó a hablar por celular. No en voz baja y no sólo una vez, incluso se reclinaba hacia el centro de la mesa, como si quisiera que yo me enterara de cada instrucción que gritaba a su interlocutor. (¿Seré yo muy delicada o ella muy mal educada? ¿O ambas?) Mientras la escuchaba, pensé que la homogeneidad que vende Starbucks alrededor del mundo no es tan relevante y debería dejar de alarmar a muchos, porque la gente de cada lugar se encarga de tropicalizarlo. Esta vez, de manera lamentable.

Ash, qué exigentes

Ayer, Ernesto Cordero, secretario de Hacienda, dijo que con 6 mil pesos, una familia puede tener crédito hipotecario, automotriz y educación privada para los hijos. Ante la tan-obvia-que-es-ociosa ola de críticas que provocó, se apresuró a decir lo único que se puede decir ante esos casos: que fue un error de interpretación. Lo que el secretario quiso decir es que hay familias que hacen milagros con su escaso ingreso. Bueno, más allá de la insensibilidad económica que refleja, -la cual es doblemente alarmante si consideramos que dirige...¡Hacienda!- me parece que lo mínimo que se puede esperar de un precandidato presidencial tan claro como él es que prepare y revise sus discursos y se asegure de no hacer declaraciones que se presten a malas interpretaciones, o sea están basadas en cifras no en reflexiones filosóficas, no debería ser tan complicado. Pero no sé, tal vez es sólo que yo soy tan 'exigente' como las familias que se niegan a ver en su 'milagrosa' administración de recursos los efectos de la recuperación económica.

C'est la vie?

Hace ya más de 6 horas que el presidente francés declaró que no sólo mantendrá el Año de México en Francia, sino que le será dedicado a Florence Cassez. O sea el cinismo de Sarkozy me asombra pero mucho más me impacta que el Gobierno de México necesite tanto tiempo para emitir una postura oficial al respecto. Entiendo que hay mucho más que un interés político implicado en los más de 300 eventos culturales y económicos que forman parte del 'festejo', pero que ahora sean realizados en honor de quien -con montaje mediático o sin él- tiene una condena que purgar en este País, me parece razón más que suficiente como para -al menos- decir algo, pronto. ¿O es que la actitud orgullosa que colmó de reclamos a los conductores de Top Gear no aplica con presidentes? Confío en que compensen la lentitud con contundencia.

Arranques y arrancones

El intelectual neyorquino Walter Lippmann escribió hace décadas que los estereotipos son mecanismos necesarios para comprender y describir la realidad. Me acordé de esta referencia universitaria por la indignación que han provocado los comentarios realizados sobre el coche mexicano Mastretta en el show británico Top Gear, todos basados en estereotipos. Dudo mucho que los conductores hayan buscado algo más que 'hacerse los chistosos' y aquí, el asunto ya tiene la importancia de afrenta nacional. ¡¿Cómo se atreven a calificarnos de gordos y flojos?!, se preguntan miles mientras en las calles los microbuses se detienen en donde se les antoja, los automovilistas se pasan los altos, los vendedores invaden las banquetas y los manifestantes no tienen empacho en desquiciar el tráfico con tal de 'hacer escuchar su voz'. Tal vez somos nosotros mismos quienes deberíamos dejar de 'vendernos' ante el mundo como mariachis y fridas que beben tequila. El respeto empieza en casa.