miércoles, 24 de septiembre de 2014
Te be(lieve) or not to be
Dicen que el amor nos lleva a hacer locuras. Acabo de leer que una joven pagó 3 mil dólares por casarse en Las Vegas con su amor imposible: Robert Pattinson ¡en versión figura de cartón de tamaño real! Estuve en shock mientras leía esta nota y varios minutos después, pero también la relacioné con uno de los mejores mensajes que me dejó el curso ThinkBrand de Google al que asistí hoy: una vez satisfechas las necesidades básicas, todos buscamos algo en qué creer para darle sentido a nuestros días, para seguir suficientemente motivados y vivir; para darnos identidad. Eso en lo que depositamos nuestra fe y realización puede ser una religión, una marca, un equipo de fútbol... o una estrella de Hollywood de cartón. El punto es encontrar con qué nos identificamos y, aún mejor, crear o hacer algo que pueda interpelar a los demás. Si pensamos así, la fan de Pattinson en realidad no está tan fuera de lugar como parece, pues ya sabe en quién creer y seguro generó la identificación de miles de seguidoras del enmiopiniónaburrido vampiro con su ocurrencia. A menos de que el amor sí la haya vuelto verdaderamente loca... en ese caso, la noche de bodas debe haber estado bastante aburrida.
jueves, 18 de septiembre de 2014
Bellos días
Dudé mucho hacerle caso al despertador que sonó a las 6:30 am. Lo acepté al pensar en el insufrible tráfico que me toca cuando salgo a las 8 o después. No sabía la sorpresa que me encontraría en el camino: un bellísimo amanecer, con los volcanes a contraluz en un cielo profundamente amarillo, el Popo exhalando. Inhalar y exhalar, ese proceso esencial y purificador que damos por hecho sin considerar que es un regalo permanente, mientras se tiene. Como la imagen del amanecer que se me perdió entre edificios antes de poderla fotografiar. Belleza fugaz. Alivia pensar que siempre está ahí aunque no sea siempre visible, a los ojos. Y recordar que esta caótica ciudad es también bonita e inspiradora. Un break al estrés y prisa cotidianos. Bueno ya, namasté...
miércoles, 10 de septiembre de 2014
Curarse en salud
A Ebrard le zumban los oídos. Escucha voces que lo culpan
por los problemas en la Línea 12, emblema de su administración, y para curarse
en salud ofrece una conferencia de prensa en la que asegura que nunca aceptó
actos de corrupción como Jefe de Gobierno. Si yo fuera él, también estaría
asustada. Más después de ver que las consecuencias del escándalo van en serio
si ya inhabilitaron por 20 años a su director del Proyecto Metro, Enrique
Horcasitas. Ante esto, lo mejor que se le ocurre es retar a Mancera a un debate
para aclarar responsabilidades y pedir que si lo va a señalar culpable de algo,
lo haga de una vez. Yo no sé de leyes, pero en términos prácticos el líder de
un equipo es el responsable último de sus éxitos y fracasos; lo mismo aplicaría por lógica en
el gobierno. Por otra parte: ¡Un debate! ¿Qué tal si mejor lo resuelven con una
visita a la Señorita Laura? Es obvio que lo que más preocupa al ex Jefe de
Gobierno es su imagen ante la opinión pública porque su sueño de ser candidato
a la Presidencia en 2018 está en franca agonía, pero por favor, este no es sólo
un tema de opinión pública, es un asunto muy serio que debe resolverse en los
espacios que corresponden y ante jueces calificados, no en un espectáculo para
elegir a un ganador. Y como tip: si haces una conferencia para retar a alguien
a un debate, lo menos que puedes hacer es tener una actitud congruente y
dialogar con la prensa a la que invitaste, no prohibir las preguntas. Así que
digan muy abierto a debatir el tema y demostrar su inocencia, no se vio.
miércoles, 3 de septiembre de 2014
Estacionados
No entiendo la indignación por el uso del Zócalo como
estacionamiento durante el informe de Peña Nieto. Sí, que los vehículos de los
invitados especiales hayan sido estacionados en la plancha es una muestra más
de los privilegios que tiene la clase política –aquí y en China, cabe aclarar-,
pero si de todas formas estaba cerrada al público en ese momento, ¿qué más da
que se estacionen ahí o no? El viejo reclamo de que usen el transporte público
me parece de lo más aburrido, como si eso evitara las actitudes que realmente afectan a los ciudadanos, por
ejemplo la corrupción -palabra que apareció sólo una vez en el discurso del Presidente-. Recordemos que AMLO andaba en Metro mientras su hijo se
compraba tenis de 20 mil pesos, simple simulación. Por otra parte, la Plaza de
la Constitución ha sido sede de actos públicos de todo tipo desde hace casi 700 años, un día un sacrificio, otro un paseo de reconocimiento virreinal, más
tarde un concierto de Juan Gabriel y ahora estacionamiento. En lo personal, me
parece mucho más molesto cuando los maestros se plantan ahí durante meses, ¡ah!
pero como eso es a favor de sus 'derechos' y ellos no son de la élite, no se vale
reclamar. ¿No sería más útil preguntarnos si el estacionado es México y por qué?
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