domingo, 24 de julio de 2011

Tristhet

La noticia de los atentados en Noruega me ha impactado como pocas recientemente. No sé si es porque su capital dejó un recuerdo entrañable en mi memoria o porque creí, como tantos y como ellos mismos, que por ser los primeros del primer mundo, un país símbolo de la paz y la igualdad, serían inmunes a esas atrocidades. Hay dos cosas que llaman -y perturban- mi atención de manera particular. Primero, que Breivik haya podido disparar durante más de una hora a los jóvenes reunidos en una isla cercana a Oslo porque la policía no encontraba barcos para transportarse al lugar y sus helicópteros no sirven para someter a un enemigo, sólo para vigilar. Qué letal resultó su confianza ciega en la permanente estabilidad. La segunda es que en las notas he leído una variedad de citas -que no sé qué tan aisladas sean en la opinión colectiva de ese país- como "si odiaba a los musulmanes, ¿por qué mató a noruegos blancos en lugar de a jóvenes musulmanes o negros?" o "habría sido peor si el ataque lo hubieran hecho los islamistas", porque demuestran una absoluta ceguera...o negación, ambas nocivas. Escribí este post un poco triste porque me gustaba la ilusión del país 'perfecto'. Ojalá la frase que refleje el sentimiento noruego generalizado sea esta que le dijo la señora Evy Andersen al NYT: "Hemos estado en una posición tan favorable que nos hemos olvidado de los problemas más graves del mundo. Estamos un poco consentidos", porque abre espacio a la reflexión.

martes, 19 de julio de 2011

¿Qué te tra(b)es?

Los accidentes pueden ocurrir, pero no creo que el desplome de tres trabes del segundo piso que Marcelo Ebrard ideó porque cree que, una vez concluido, le dará la ventaja que le urge en la carrera electoral, pueda ser considerado uno de ellos. Para mí, lo que ocurrió es evidencia de la falta de resposabilidad y de escrúpulos que en este caso, por una combinación increíble de circunstancias, no cobró ninguna vida. En serio, ¿qué clase de explicación es que OHL, la empresa que construye el distribuidor, obvió un procedimiento y por eso se cayó un pedazo de la que se ostenta como una obra en beneficio de todos? Y ¿como por qué tendría que satisfacer a la opinión pública la sanción de 10 millones de pesos? A mí no me importa cuántos millones de los miles que se han de estar embolsando los involucrados se 'pierden', yo lo que quiero es poder transitar por la zona sin miedo a los demás procedimientos que han sido obviados y aún no se notan. A ver si alguien le dice al Jefe de Gobierno que quienes deberían poder acelerar en su magna obra son los automovilistas, porque parece ser él quien quiere ir a toda velocidad sin importar las consecuencias.

lunes, 11 de julio de 2011

Autogol

Nunca me ha importado el desempeño de la Selección Mexicana de Fútbol, no me siento realizada si gana ni frustrada si pierde, pero respeto -y a veces hasta envidio un poquito- a quienes pueden sentir la pasión deportiva y entiendo que es importante para la vida colectiva. Todo esto para contar que hoy, como lo hago desde hace un par de meses, tuve que llegar a mi trabajo vía Thiers porque la que solía ser mi ruta está interrumpida por la construcción del segundo piso en el DF y tuve que soportar 20 minutos extras de tráfico porque el GDF consideró que lo hace más popular cerrar parte de Reforma en día laboral para permitir que los aficionados celebren a la Sub 17 que ganó ayer el Mundial -situación a la que no le resto ningún mérito- que asegurar el libre flujo vial para quienes deben llegar a una cita, su trabajo o atender alguna emergencia. ¿No sería mejor festejar un merecido triunfo internacional del País respetando a quienes lo habitamos, cada día, todos los días? No...supongo que eso es una actitud aguafiestas.