Sin palabras

Ayer, Calderón dijo -otra vez- que la pobreza no se combate con palabras y que es una responsabilidad del Estado que no admite regateos políticos. Sería una bonita declaración si no fuera porque (me da la impresión de que) ofrecer discursos que intentan mostrar a su Gobierno como lo máximo, a pesar de todo lo que tenemos que ver en las noticias y en la calle todos los días, se ha vuelto como su deporte favorito. O sea, entiendo que los políticos tienen que promover sus 'logros' de esa manera, pero supongo que si lo que afirmas diario es tan opuesto a lo que ocurre, el efecto es contraproducente. Por cierto, ¿tendrá claro el Presidente que la violencia tampoco puede ser atacada con letanías?

¿Para bien o para mal?

Hoy, mientras esperaba en el tráfico de Cuahtémoc, descubrí que yo soy una de las miles de personas cuya vida ha cambiado gracias a la llegada del Metrobús en una vía que solía ser rápida. Antes, me tomaba 7 minutos recorrer la parte que requiero de ese eje vial para llegar a mi trabajo, ahora tardo 20. Y no es la incapacidad del GDF de proponer alternativas de transporte que no afecten a unos para beneficiar a otros lo que más molesta, sino tener que ver durante todo el camino propaganda con mensajes como "Esta obra le ha cambiado la vida a 123 mil personas"...y como no especifica si para bien o para mal, supongo que incluye a ambos.

Aprender jugando

Ayer, en menos de diez minutos, vi a dos niños menores de 3 años jugando con pistolitas; el primero le apuntaba a su abuela y el segundo a su hermana mayor. No quiero sonar exagerada ni pierdo de vista que es sólo un juego normal y rutinario en la construcción de la identidad masculina, pero creo que si como sociedad tuviéramos la capacidad de adaptar nuestros hábitos a nuevos contextos, la lucha contra la violencia que tanto le gusta presumir al Presidente y a la que heróicamente se han sumado los medios -algunos- a través de la segunda temporada de Iniciativa México, tendría posibilidades auténticas de convetrirse en una realidad, más allá de proyectos propagandísticos o de rating. Esa lucha, como muchas otras, inicia en casa.

Apunte extra: Ante el asesinato de su hijo Juan Francisco, el poeta Javier Sicilia anunció su retiro de la literatura. ¿Cuántas voces y vocaciones de hijos, hermanos, padres, parejas y amigos de víctimas de la narcoviolencia habrán sido destruidas a estas alturas del sexenio?