lunes, 1 de noviembre de 2010

Queremos Halloween

Ya no quisiera escribir sobre la violencia, pero es un tema cuya amplitud y diversidad actuales no dejan de sorprenderme. Cuando yo era niña, pedir Halloween me entusiasmaba aún más que la Navidad; me fascinaba el ritual de la transformación y la dulce recompensa. Ayer, escuché con tristeza que ahora los niños reclaman sus dulces cantando que a quien no se los entregue, lo matarán o anunciando que quien se coma todas las golosinas, morirá. ¿Cuándo dejó de ser efectivo el 'mi calaverita tiene hambre, ¿tiene algo por ahí?'? Puede parecer algo inofensivo, algunos tal vez hasta lo definirían como una expresión más de la mexicanísima costumbre de ver a la muerte con simpatía, pero a mí me da no-sé-qué ver que el vocabulario violento ya no sólo está en los diarios o los políticos, sino también en las bocas de los niños que encuentran en las amenazas una opción para lograr lo que desean...aunque por ahora sean sólo dulces.

1 comentario:

  1. Tan nostálgico como dulce el comentario al mismo tiempo que realista...usted debe ser muy agradable. La saludo

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