martes, 24 de agosto de 2010

Reporte vial

Leer que en la carretera Tíbet-Beijing se registra un embotellamiento desde el 14 de agosto que alcanza casi 100 kilómetros me hace pensar que mi temor de que un día Periférico se convierta en la Autopista del Sur de Cortázar es más que una frase desesperada que grito en mi mente cuando me encuentro atrapada entre "carga vehicular que no deja de avanzar". Pero también me lleva a preguntarme qué pasa con los chinos que no sólo lo han aguantado sino que hasta han practicado pasatiempos como jugar a las cartas. Algunos, instaladísimos en la comodidad que le encontraron al tráfico ya hasta pidieron al gobierno que organice conciertos para musicalizar su espera en vivo. ¿Será que en verdad son muy pacientes? Quizás algunos monjes que transitaban por la vía se encargaron de propagar su doctrina de paz. También puede ser que el incidente les haya dado a todos los 'embotellados' el escape perfecto a su rutina laboral, como quien prolonga incapacidades por afecciones menores. O peor, a su rutina vital. Más factible es que el reportero haya exagerado algunos detalles en su nota para hacerla más emocionante. Pocas ideas pueden entusiasmarnos tanto -negativa o positivamente- como el momento en que la realidad se encuentra con la ficción. Al menos a mí.

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