Cuando sí se puede

Que Nosotros los Nobles sea la película más taquillera de la historia del cine nacional es relevante no sólo por el dato en sí, sino porque demuestra que apostarle a la evolución en términos de reparto y de tema funciona. Que las cintas del País no tienen que incluir a Gael y Diego ni a Martha Higareda para existir, ni necesistan recurrir a vulagridades y groserías forzadas para atraer a la audiencia a la sala, tampoco deben ser siempre de denuncia cruda de la descomposición social. Es de aplaudir que el estereotipo y folclorismo le sean útiles para divertir, criticar y generar reflexion en lugar de representar -¿se acuerdan del uniforme de la delegacion mexicana en Londres?-. Esta peli demuestra que muchos de nosotros queremos divertirnos cuando vamos al cine y que podemos hacerlo con nuestras propias imágenes porque todos somos un poco la niña mimada y el microbusero y nos gusta fantasear con que un día o unas horas los papeles se inviertan. El éxito de la película se resume en que es uno de esos bonitos momentos en los que el 'sí se puede' se traslada de la fantasia aspiracional desubicada a la realidad. Ojalá que sea la primera de muchas.