No creo que sea fácil ser Jefe de Gobierno, tampoco su
asesor. Pero sí creo que lo mínimo que deben de tener esos personajes es
sentido común. Seguramente esta mañana, cuando Mancera vio el tuit de Laura
Zapata pidiéndole apoyo para su hijo chocado, le pareció que responder de
inmediato poniendo a sus órdenes al Procurador capitalino lo haría ver súper
moderno, al usar twitter para girar instrucciones de gobierno, y oportuno, al
demostrar que está pendiente de esa red social en todo momento. Nunca imaginó
que su atención daría de qué hablar -y burlar- durante tantas y tantas horas,
en las que el pobre mandatario quedó pasmado, sin mayor reacción que la
increíblemente tonta de borrar el tuit de su timeline. Pero lo más sorprendente
de todo para mí -sí, más que la presunción de Zapata de que merece atención
personalizada de la Policía por un choque, o sea no un asalto, un intento de
secuestro, ¡un choque que su hijo no puede arreglar solito!- es que ni al autoreducido
a #mm ni a alguno de sus asesores se les ocurriera que una buena opción era dar
la cara, ofrecer una disculpa por el malentendido, jugar un poco con la
creatividad desatada por #ManceraHazmeUnParo y reivindicar su cuenta como un
medio legítimo para escuchar peticiones serias y relevantes de cualquier
ciudadano, sin distinción. La burla seguiría, pero una parte de su imagen
habría sido rescatada tal vez antes de que le hicieran memes del Chapulín
Colorado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario