Provocaciones

Aquí estoy, a 8 meses de mi último post, gracias al mejor consejo que he recibido en los últimos días. Y justo cuando decidí recuperar esta rutina, apagada por la apatía hacia las noticias y el cansancio, me encuentro con que en Acuña, Coahuila, a la Dirección de Seguridad del muncipio se le ocurrió llamar a los ciudadanos a denunciar a las mujeres y -¡peor!- hombres que anden en minifalda por las calles. Las mismas calles en las que cada día aparecen ejecutados y narcomensajes, las mismas por las que se pasearán -o pasearon- de vez en cuando los hermanos Moreira, uno responsable de una deuda que tendrá ahogado al estado durante varias décadas y el otro bajo cuyo mandato fue asesinado su sobrino. Ante ese panorama, no es de extrañar que el general Javier Aguayo y Camargo, quien cuenta en su CV con haber sido el último en hablar con el hijo de Humberto Moreira antes de que lo atacaran, se concentre en hacer todo lo que esté en sus manos para prevenir el crimen. Y es que, según él, quienes se visten de manera provocativa son delincuentes en potencia, pues pueden utilizar su apariencia para cometer algún acto ilícito. ¡Menos mal que los narcos no andan en mini, ya sería demasiada maldad (y obviedad)!

Apunte extra: No usa ropa provocativa - afortundamente- pero más allá de sus largos pantalones se extiende una larga 'cola que le pisen'. Es el delegado de Coyoacán, Mauricio Toledo, señalado por haber intentado extorosionar a través de su blackberry (sí, con esa flojera de hacer ua cita personal y cinismo de no temer ser balconeado) a una constructora. Ya a estas alturas lo peor no es el delito en el que probablemente incurrió, sino que tardó más de 8 horas en emitir una declaración al respecto. Después de horas y horas reunido en su sala de crisis, lo mejor que se le ocurrió fue decir que no es cierto y que seguro se robaron su PIN y avatar de twitter. #what?