Creo que es normal que un personaje como Angélica Rivera,
que pasó de actriz de novelas a Primera Dama, sea blanco de todo tipo de
chistes y burlas. También de cuestionamientos, porque resulta difícil de creer
que su amplia trayectoria televisiva o sesiones fotográficas en traje de baño
le vayan a servir de mucho para relacionarse con mandatarios de otros países o
titulares de instituciones vinculadas con su nuevo rol, que es presidir el
DIF. También hay que decir que ella, como Peña Nieto, son figuras que no
deciden solas ni por ocurrencias, están asesorados por un amplio equipo cuya
misión es evitarles la mayor cantidad de errores posibles, y en ese sentido no
me parece gravísimo que La Gaviota sea una actriz en lugar de una política
experimentada. O sea tampoco exageremos como si todas las Primeras Damas del
mundo fueran intelectuales o tuvieran doctorado. Lo que sí creo que es un error,
tontería o provocación es que, considerando el contexto, a su toma de protesta
como titular del DIF, en Los Pinos, sean invitados sus amiguitos de Televisa, como
Bibi Gaytán o Lucero. De verdad, ¿por qué no se reserva ese despliegue para sus
cumpleaños o eventos personales? Así que un tache para el equipo que se encarga
de evitar tropiezos, a menos de que sus consejos hayan sido superados por un
capricho de Rivera, concedido por su marido. Contra eso sabemos que no hay
poder humano…
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