martes, 6 de enero de 2015

¡Al bote!

Detesto a los supuestos activistas que, detrás de su capucha, toman casetas y botean -es decir, exigen una cuota a los automovilistas a cambio de abrirles paso- "a favor de la causa". ¿Cuál causa? ¿Quién la audita? Lo que ellos hacen es un crimen, tan deleznable como los que denuncian con lo que consideran su lucha. Ahora leo que durante el regreso de vacacionistas, los normalistas y disidentes que tomaron las casetas de la Autopista del Sol recibieron hasta 200 mil pesos por hora. Yo usé ese camino y sé que no hay opción para negarse; no se trata de una cooperación voluntaria, sino de un mecanismo de control, como el que ellos se rehúsan a aceptar del Gobierno porque en su mente no hay más autoridad que ellos mismos. Autoritarios ejemplares. Creo que ellos no tienen remedio, pero es inadmisible la cobardía y temor de quienes tendrían que garantizar el cumplimiento de la ley y la seguridad, no sólo en los caminos, en todo el territorio. Si así fuera, lo que se iría al bote serían estos apócrifos justicieros.

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